Reforma Laboral de 2012

Tras la Reforma Laboral a principios de este año 2012 (Ley 3/2012 y el Real Decreto- Ley 20/2012), quedan apenas unos días para finalizar el año, y nos preguntamos, ¿ha cumplido la reforma sus objetivos? Es evidente que la reforma tenía dos claros objetivos, tal y como señaló el ejecutivo, por un lado, fomentar y potenciar la flexibilidad interna en el seno de las empresas, atendiendo a una demanda reiterada de la patronal, y por el otro lado, impulsar la creación de empleo mediante incentivos a la contratación.

De este modo, respecto al primer objetivo, cabe señalar que tras el abaratamiento del despido, también realizado por la reforma laboral de 2012, las empresas se han decantado por esta medida de ajuste frente a la flexibilidad interna, con lo que el resultado ha sido sin lugar a dudas, un importante crecimiento del desempleo. Junto a esta decisión, la otra ha sido la reducción salarial, que en muchas ocasiones ha forzado la extinción de la relación laboral, con el consiguiente empobrecimiento de la clase media trabajadora. En consecuencia, el despido en todas sus vertientes (principalmente, el objetivo y el colectivo), se ha convertido en la medida estrella de la Reforma Laboral.

En cuanto al segundo objetivo, el de crear empleo a través del fomento de la contratación, tenemos que decir que sus efectos hasta el momento son muy limitados, si nos fijamos en la actual tasa de paro con más de 4,9 millones de desempleados.

Por consiguiente, podemos considerar que la Reforma Laboral no está dando todavía los resultados esperados. Pues no podemos esperar de una Ley, la pócima mágica para fomentar la creación de empleo. Esto demuestra, que el problema se encuentra en otro sitio, que no es otro, que los graves problemas del sector bancario, que dificulta la financiación de las Pequeñas y Medianas empresas (PYMES), principal motor del crecimiento económico y fuente de empleo de España.

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